martes, septiembre 04, 2007

El primer beso


Cuando ya sólo le quedaban 15 centavos, Bobby, casi sin darse cuenta, se encontró metido en la noria con Carol. La cabina se detuvo en lo alto, y su suave balanceo produjo a Bobby una ligera sensación de vértigo. A la izquierda, el océano Atlántico se movía hacia la costa en una sucesión de olas coronadas de espuma blanca. La playa era igual de blanca, y el mar de un increíble azul oscuro. La luz del sol se extendía sobre su superficie como un velo de seda. Justo debajo de ellosdiscurría el paseo principal. En ese momento por los altavoces sonaba Freddy Cannon: "She comes from Tallahassee, she's got a hi-fi chassis."
- Todo se ve tan pequeño ahí abajo - comentó Carol con voz desacostumbradamente débil en ella.
- No tengas miedo; no hay ningún peligro - dijo Bobby -. Si no fuese por la altura, la noria sería una atracción de niños pequeños.
Carol era en muchos sentidos la mayor de los tres - firme y segura de sí misma, como había demostrado el día que obligó a S-J a llevarle los libros por decir palabrotas -, pero allí arriba su cara parecía la de una niñita: redonda, un poco pálida, dominada por un par de alarmados ojos azules. Sin pensar, Bobby se inclinó, acercó sus labios a los de ella y la besó. Cuando se apartó, Carol tenía los ojos más abiertos que nunca.
- Ningún peligro - repitió Bobby, y sonrió.
- Hazlo otra vez - dijo Carol. Era su primer auténtico beso, se lo habían dado en Savin Rock el primer sábado de las vacaciones de verano, y ella no prestaba atención. Eso pensaba en aquel instante, y por eso le pidió que volviera a besarla.
- Mejor no - respondió Bobby. Aunque... ¿quién iba a verlo y llamarlo mariquita allí arriba?
- Vamos, atrévete, un reto es un reto.
- ¿Se lo contarás a alguien?
- No, te lo juro - aseguró Carol -. ¡Venga, deprisa! ¡Antes de que bajemos!
Así pues, Bobby volvió a besarla. Carol tenía los labios cerrados, suaves, calientes por el sol. De pronto la noria se puso en movimiento, y Bobby se apartó. Por un instante Carol mantuvo la cabeza apoyada contra el pecho de él.
- Gracias, Bobby - susurró -. Ha sido muy bonito.
- A mi también me lo ha parecido.
Se separaron un poco, y cuando la cabina se detuvo y un empleado del parque con tatuajes retiró la barra de seguridad, Bobby bajó y, sin volver a mirar a Carol, corrió hacia donde esperaba S-J. Sin embargo, sabía ya que aquel beso en lo alto de la noria sería la mejor experiencia de aquel día. También para él era el primer auténtico beso, y nunca olvidaría el contacto de los labios de Carol, secos, suaves, calientes por el sol. Aquel beso sería el rasero por el que juzgaría los demás besos de su vida, pareciéndole todos sólo un pálido reflejo.


Stephen King - Corazones en la Atlántida (fragmento)

2 comentarios:

F.G. Pole Dance dijo...

Que yomántico... nunca leí ese libro de SK, pero era el favorito de una persona que conocí. Vale la pena entero?

Abel dijo...

Corazones en la Atlántida está dividido en cinco relatos. Los dos primeros valen mucho la pena, los otros no tanto.
Podés aprovechar que ahora no hay que pagar un peso para leer un libro dado que abundan las páginas para descargarlos gratuitamente.
También hay una película basada en el primer relato. Por estos lados se conoció como "Nostalgias del pasado" (Anthony Hopkins actua en ella). No es muy recomendable...

Gracias por tu visita y tus comentarios =)

Saludos