lunes, diciembre 31, 2007



Creo que yo sueño todas las noches, pero muy pocas veces puedo recordar qué. Mientras más tiempo duran mis sueños, menos sentido tienen y más difíciles son de recordar. Los primeros cuatro segundos después de despertarme son cruciales: o recuerdo lo que soñé en ese momento o lo olvido para siempre. Mi mente está totalmente en blanco, no quiero (ni puedo) pensar en materias, ni en libros, ni en blogs, ni en música, ni en nada. A veces el esfuerzo da resultado.
Una vez, hace tiempo, me desperté con la certeza de que había soñado algo que valía la pena. Tratando de no desaprovechar los cuatro segundos cerré los ojos y traté de ver mis sueños. Primero se me apareció el color de su piel, después su pelo. Me dí cuenta en ese instante de quien era, no tuve que recordar sus ojos y su sonrisa, conocía todo eso de memoria. Era Ella, como siempre.
Cuando terminé de volver a la realidad (asquerosa a veces) todavía seguía pensando en esa persona. Aunque sea en sueños la había tenido un momento al lado mío. Estaba tan lejos y tan cerca en ese entonces, ahora está lejos del todo. Aún pensando en sus ojos me dije: "Así que esto es lo que siente alguien que es feliz?"

3 comentarios:

guadis! dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
guadis! dijo...

Genial esa tira de Liniers!!

Natalia. dijo...

me hizo poner la piel d gallina....wa!

besos.